Nuestros expertos: ¿Bienestar animal o animalismo?
Especialista en doma natural de equinos, realiza un análisis en el que se aprecian las diferentes perspectivas respecto a las corrientes de pensamiento sobre el cuidado de los animales
Vivimos tiempos modernos y algunos de nosotros estamos viendo cosas que jamás hubiéramos imaginado en todos los ámbitos de nuestras vidas y lo más triste es que ya nada nos asombra.
Los primeros indicios de las concepciones humanas con respecto al bienestar animal estuvieron íntimamente relacionados con hábitos alimenticios, se pueden identificar desde antiguas sociedades hindúes y griegas que por motivos de religión no consumían alimentos derivados de animales (principalmente filósofos y monjes religiosos) en el siglo IX a. C.
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Tras la cristianización del imperio romano entre los siglos IV-VI el vegetarianismo desapareció de Europa, aunque había algunas órdenes de religiosos que se abstenían de comer solamente carne roja. Durante el Renacimiento, personajes como Leonardo DaVinci al igual que otros pensadores de la época lo resurgieron basados en una motivación ética.
Es importante diferenciar la causa de las diferentes corrientes humanas que han existido con respecto al trato y consumo de los animales, mientras que unas lo hacen por cuestiones religiosas y espirituales, otras lo hacen solo por cuestiones de salud o por ambas.
La construcción simbólica con respecto a lo que pensamos acerca de los animales no humanos, es lo que termina por otorgarles su identidad parcial, es decir, nuestra concepción acerca de cada especie tiene que ver con nuestra identidad social y nos hace pensar que cada una tiene una función para el hombre y eso se ha convertido en la normalidad bajo lo que se le ha llamado una corriente “especista” de superioridad humana.
A diferencia de la visión “antiespecista”, que busca la igualdad de cualquier tipo de animal.
Es posible identificar tres tipos de pensamiento que determinan las identidades colectivas de los activistas y sus objetivos:
•Liberacionista o utilitarista: establece que si los animales son capaces de sentir, entonces hay que evitar cualquier tipo de sufrimiento.
•Bienestarista: postula que el trato a los animales debe ser más humanitario y menos cruel, no obstante en caso de ser necesario producir muertes, estas deben ser indoloras y adecuadas (Temple Grandin).
•Abolicionista: esta corriente es la más extremista y trata de que los animales no fueron creados para fines humanos, por lo que no deben ser pensados como propiedades de otros para ser explotados. Ésta es la que más promueve el veganismo y la educación social para que no se consuman productos o subproductos con base en la muerte de los animales.
En México la mayoría de los estados cuentan con leyes de bienestar animal con diferentes nombres con objetivos similares, aunque la mayoría parcialmente implementadas hacia ciertos sectores o sin la diferenciación de los tipos de animales: compañía, trabajo, granja, laboratorio o fauna silvestre, pues no se les puede tratar igual por los requerimientos intrínsecos de cada especie y su relación con los humanos.
Adicionalmente, no se han creado los mecanismos y reglamentos administrativos que permitan su implementación y financiamiento, y lo más importante bajo mi perspectiva, el monitoreo y manejo de la corrupción de la que pudieran ser objeto, pues pudiera ser una nueva forma de “hacer negocio” de algunas personas o entidades públicas.
Es una realidad que los grupos de animalistas han venido ganando terreno rápidamente en los últimos años, pero también lo es, que muchos de los que interactuamos con animales para deporte o explotación, no estamos haciendo nada por demostrar nuestra preocupación por el bienestar animal dando lugar a la cancelación de espectáculos o actividades que han sido parte de nuestra identidad cultural, lo cual nos enoja pero no nos concientiza de que los tiempos han cambiado.
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No deberían sorprendernos este tipo de leyes ya que en sociedades más avanzadas en estas cuestiones ya tienen camino avanzado, incluso en países similares a nosotros (en ideología e historia), como Argentina y Colombia ya se están implementando desde hace tiempo.
Nuestra percepción “especista” tendrá que ir evolucionando y creo que será muy rápidamente, pues muchos de nosotros aún crecimos en un entorno rodeado de vida animal, pero nuestra descendencia no y eso hará la diferencia, sin embargo las posiciones radicales tampoco ayudan a la supervivencia de algunas especies, todo dependerá de nuestra capacidad de tolerancia y respeto a todos los que cohabitamos este mundo que nos tocó vivir.