Durante 75 años, abuelos, padres y niños han atesorado los caballos en miniatura de la empresa Breyer y sus objetos de colección.
Este 2025, para su aniversario Breyer ha creado Radiance, una impactante yegua árabe de cerámica transparente que brilla en una gama de colores prismáticos y está adornada con un brillante diamante artificial en forma de lágrima, que encarna plenamente el brillo y la majestuosidad del diamante.
La modelista de Radiance, Sarah Minkiewicz-Breunig, capturó el espíritu de la yegua árabe tanto en la escultura como en el acabado.
“La escultura en sí se inspiró en el refinamiento exótico, la belleza y la gracia etérea de la yegua árabe, tan única en el mundo ecuestre”, afirma Minkiewicz-Breunig para Cowboys & Indians.
Breyer Animal Creations lleva desde 1950 diseñando, fabricando y comercializando miniaturas de caballos y animales para jugar y coleccionar. FOTO: CORTESÍA BREYER
Para quienes no conozcan la marca, Breyer Animal Creations lleva desde 1950 diseñando, fabricando y comercializando miniaturas de caballos y animales para jugar y coleccionar. Es la marca de juguetes con temática equina más vendida del mundo.
Cada modelo Breyer es elaborado y pintado a mano individualmente por artesanos de Breyer, para que cada uno sea un ejemplar original.
Desde el caballo de Hollywood Hidalgo hasta las leyendas de las carreras Mano-War, Secretariat y Seabiscuit, la compañía ha dado vida al mundo de los caballos durante 75 años.
Los primeros vínculos de Breyer con caballos famosos incluyen acuerdos de licencia con Fury y Prancer, así como una larga relación con la autora de libros infantiles Marguerite Henry, que comenzó con Misty of Chincoteague, basada en el libro del mismo nombre.
“A principios de la década de 1950, iniciamos relaciones con caballos que eran populares en ese momento, incluidos Fury, Prancer”, dice Stephanie Macejko vicepresidenta de marketing y desarrollo de productos de Breyer Mode Horses, una división de Reeves International.
“Un objetivo de Breyer desde el principio fue crear artículos hermosos para exhibiciones”, dice Majecko. “Pero también queríamos que toda la familia disfrutara y jugara con nuestros caballos en miniatura, así que los personajes conocidos fueron una forma de que Breyer se diera conocer”.
