Una de las leyendas más icónicas en el mundo del regional mexicano, nació en Coahuila; más específicamente, en el municipio de Zaragoza. Su nombre era Adolfo Humberto Galindo Galindo, un hombre que, desde muy joven, dedicó su vida al arte sonoro.
A continuación, Rodeo Capital trae para ti un recorrido por los momentos más destacados en la trayectoria del compositor conocido como “Fito” Galindo, cuyo cumpleaños se celebraba el pasado 11 de agosto.
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SU PRIMER ENCUENTRO CON EL ARTE: UN ‘MANOTAZO EN LA CABEZA’
En 1941 nació Adolfo Humberto, el menor de cuatro hijos de Arnulfo Galindo Zamora y Consuelo Galindo Ramírez, en Zaragoza, Coahuila.
Desde muy temprana edad, “Fito” supo para lo que era bueno: escribir poesía. Curiosamente su primer encuentro con el arte, aseguró, fue un manazo en la cabeza.
En la escuela les habían encargado escribir un poema. En aquel entonces, como muchos recordarán, las “llamadas de atención” físicas eran pan de cada día.
Fito no se salvó, pues, cuando a sus ocho años escribió la tarea que le encargaron, la maestra lo acusó de ladrón al no creer que él había escrito lo que estaba leyendo: “mi primer encuentro con el arte fue un manazo en la cabeza”.
Detalló en múltiples entrevistas que, ese primer escrito, “era algo que parecía hecho por alguien de una edad más grande que la mía”.
Claro que el resto es historia. Se supo que era de él y las felicitaciones no pararon de llegar.
Cuatro años más tarde, el coahuilense comenzó a enviar sus poemas a la estación de radio XEBX de Sabinas, Coahuila. Ahí, los leían al aire y escucharlos en vivo, lo hacían muy feliz y sentirse satisfecho.
Esa innata habilidad y facilidad de escribir poesía, la combinó con melodías que de forma lírica se desarrollaban en su mente.
En entrevista con Vanguardia, hace doce años, Fito confesó que su jugada era hacer algo más que componer pero nunca pudo concretarlo, ya que no cantaba ni tocaba ningún instrumento.
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Su destino, sin duda, estaba detrás del escenario, escribiendo canciones que eventualmente se convertirían en éxitos que, al día de hoy, siguen sonando como himnos del regional mexicano, norteño, ranchero y muchos géneros más en el país.
COMIENZA LA ‘TALACHA’ DE ALCANZAR EL ÉXITO
Años después, con el objetivo de cimentar su carrera en el arte sonoro, Fito viajó a Ciudad de México, donde tuvo un sinfín de trabajos que lo acercaron a grandes artistas como Álvaro Carrillo, Mariano Rivera Conde, Rubén Fuentes y José Alfredo Jiménez.
Pepe Jara, el “Trovador Solitario” -destacado cantante de boleros- que al mismo tiempo fue principal intérprete del compositor oaxaqueño Álvaro Carrillo, coincidió con Humberto en uno lugar llamado “La Metralla”. Ambos se convirtieron en grandes amigos.
Más tarde, sería Pepe Jara quien lo llevaría a la casa discografía RCA Víctor, donde fue contratado como “compositor exclusivo”.
Aquello apenas era el inicio de lo que estaba por venir. Después de vivir en la capital algún tiempo, se mudó a Guadalajara para seguir creciendo y después a Chicago en Estados Unidos. Finalmente, decidió volver a Coahuila, encontrándose con Vicente Fernández, a quien le había prometido escribir una canción.
”Nos encontramos y le dije aquí está tu canción”, asegura. Era nada más y nada menos que “Mi Nochebuena”, la primera que el Charro de Huentitán grabó de Fito. A ella se sumó “Pablo del Monte” y “Se Vende un Caballo”, siendo esta última de las más icónicas del cantante.
Cabe mencionar que el corrido “Pablo del Monte” que oficialmente comenzó con el despegue de su carrera, fue censurado de las radiodifusoras debido al contexto político que se vivía en aquel momento, durante la conocida “guerra sucia”.
”Dile a Pancho Villa
que vuelva y termine
que vuelva y termine
su revolución”, es la estrofa final del corrido.
Bronco fue su siguiente “gran cliente”. En total, compró 14 canciones entre las que destacan “Con dinero”, “La muñeca flaca”, “Ni quemando las cobijas”, “La profesora güera”, “Un golpe más” -canción que recibió un Latin Grammy-, “Cinco Locos”, “Arriba”, “Devuélveme el corazón” y “Cerré las puertas de mi alma”.
Otros de los grandes intérpretes que utilizaron canciones de la autoría de Fito y que hasta el día de hoy si de sus presentaciones, han sido:
La española María Dolores Pradera
Los Tres Tenores de México
Las Jilquerillas
Cardenales de Nuevo León
Los Traileros del Norte
Límite
La Banda MS
Pesado
Leandro Ríos
David Reynoso
Amalia Mendoza
Flor Silvestre
Gerardo Reyes
Lalo Mora
Mandinga
Banda Cuisillos
Palomo
Rulli Rendo
Entre muchos otros.
“Hotel de paso”, una de las canciones que trabajó con los Traileros del Norte, fue grabada por Chelo Silva a modo de regalo para Fito, a quien se la entregó antes de morir.
Consuelo Silva fue una cantante estadounidense que se enfocó en los géneros bolero y ranchero.
En aquella entrevista con Vanguardia, cuando Fito fue cuestionado por su “momento de inspiración”, respondió contundente que había que eliminar esa palabra, ya que él podía escribir cuando quisiera:
“Yo estoy listo siempre (...) yo escribo lo que yo quiero y aplico mi propias reglas del juego”.
LA HISTORIA DETRÁS DE ‘LA ÚLTIMA MUÑECA’, UNA DE SUS CANCIONES MÁS ICÓNICAS
Y fue justo la pregunta anterior, de donde se desprendió la historia de una de las canciones más icónicas de su carrera como compositor: “La Última Muñeca”.
Contrario a lo que se podría pensar, Humberto dijo que no se la escribió a su hija, pero sí fue ella la razón de que esta exista.
Contextualizando que se encontraba de viaje en Monterrey, comenzó a relatar:
“Me acordé que tenía que hacer unas compras, recordando un libro que me encargó mi hijo, mi esposa quería un perfume, y dije yo ‘¿a Raquel (su hija) qué le compro? ¿Ropa, zapatos? Yo qué sé de esas cosas; ¿una muñeca? No ya está vieja mi’ja.”
Explica que en aquel momento Raquel, su hija, tenía “como 11 años” y “ya no era para muñecas. Ahí se me prende el foco y dije ‘ay qué bonito título’.
Contó que de ahí “pescó” el nombre y se sentó a escribir la canción que, 20 minutos después, estaba lista. Al día de hoy, esa melodía tipo “valsecito”, es una de las más reconocidas, no sólo en el país, sino en todo Latinoamérica.
Se convirtió en una tradición mexicana bailar “La última muñeca” en las fiestas de quince años, donde el padre de la cumpleañera le regala la que sería, justamente, su última muñeca.
SE DESPIDE UNO DE LOS COMPOSITORES MÁS GRANDES DE MÉXICO
Fito Galindo perdió la vida el pasado 29 de diciembre del 2021. Este año será su cuarto aniversario, sin embargo, su memoria sigue recordándose en todo el país, donde seguramente mientras alguien está leyendo esto, alguien más está escuchando sus canciones en algún lugar.
La última voluntad de Humberto Galindo siempre estuvo clara: que una de sus letras se entonara en la peor cantina de México.
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Humberto falleció aquel miércoles al ser atendido en el área de urgencias del Instituto Mexicano del Seguro Social en Piedras Negras, luego de que le diera un infarto a sus 80 años.
Dos meses antes, había sufrido un derrame cerebral que lo había mantenido recuperándose en casa.
No obstante, la mañana del 29 de diciembre se sintió mal, lo que ameritó que fuera trasladado al hospital donde recibió atención médica; en ese preciso momento, sobrevino el infarto.
En 2010 la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM) lo reconoció con el premio de Trayectoria 25 y más.