Alrededor de los años 1988 y 1989 en México ya se escuchaban muchas cosas sobre el reining, como relata, Mariano Pedrero, el jinete de 54 años originario de León Guanajuato cuyos triunfos incluyen ser 10 veces campeón nacional de Open Afiliados NRHA (National Reining Horse Association), 5 veces campeón Futurity NRHA México así como ser el jinete No.1 en ganancias NRHA en México.
“Nos llegaban revistas y se veía que los jinetes norteamericanos estaban haciendo cosas parecidas a las nuestras, pero con un estilo diferente, que me llamó mucho la atención”, narra.
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En 1991 él tuvo la oportunidad de vivir en Estados Unidos, en California y conocer la disciplina. “Me gustó mucho” acepta, lacónico.
En realidad lo que más le agradó fue el Artículo A del reglamento, el que traduce del siguiente modo, “el mejor caballo de rienda es el que se deja dirigir o controlar con la mínima o no aparente resistencia y con la mejor disposición posible”.
Fue la manera de juzgar al equino lo que le pareció espectacular, además era un momento en el que él montaba toros, charreaba y arrendaba caballos, “pero vi que podía vivir en una disciplina en donde apoyan el profesionalismo”.
¿POR QUÉ ELIGIÓ EL REINING?
Aunque él dice que nació charro y morirá charro, en los 90’s en México la charrería tenía una cláusula en la que podías ser profesional y “en el reining podías pagar porque te enseñaran”, como describe.
“Y la práctica de las clínicas o de compartir los conocimientos a cambio de una remuneración contribuía a que los entrenadores no guardaran secretos” añade. Y eso permitía que conquistaran a los alumnos.
A su regreso a México empezaron los eventos de reining y comenzó a competir. Eran los años 2002-2003. Es decir que fue de los pioneros en la disciplina.
Pedrero considera el parteaguas de su carrera el Futurity del 2008, fue el primero en el que él participaba. Y el reto de hacer un futurity que es con caballos de tres años, como explica y además fue un evento en el que vinieron a competir jinetes norteamericanos, “para mi carrera de ahí para adelante se abrieron las puertas para que me llegaran mejores caballos” afirma. ”Me dieron oportunidad mejores criaderos”.
LOS ÍDOLOS DE MARIANO PEDRERO
Si alguien inspira a Mariano Pedrero es su padre, lo declara orgulloso. “Él ganó muchos premios en charrería, fue campeón nacional en cala, que es parecida al reining”, detalla.
“Fue campeón nacional de colas, de manganas, de lazo, un hombre de caballo de toda la vida” y tras reflexionar reitera, “mi admirado especial”.
Hay otros como Casey Deary, que podría ser considerado el mejor jinete de reining del mundo, en este momento. “Con él hice amistad”, narra, cuando estuvo en unos eventos internacionales que vino a representar a México, aun no era tan conocido y entonces visitó nuestro país participar acá. En aquella ocasión competían México, Brasil y Estados Unidos, “ganó el primer evento” y en el segundo el ganador fue Pedrero.
A raíz de eso mantienen una buena relación.
También admira a Sean Flarida, “nunca he platicado con él, pero es un súper jinete”, destaca.
UN DÍA DE ENTRENAMIENTO
Para alcanzar los triunfos que a los que ha llegado Mariano Pedrero no solo se debe tener un gran talento, a este se le debe sumar disciplina, constancia y entrenamientos.
Pedrero cuenta que inicia sus días haciendo ejercicio y empieza a montar a las 8 de la mañana, practica el ayuno intermitente y continúa montando hasta las 3:30 o 4 de la tarde, pero va cambiando de caballos. Procura intercalar alguna labor de oficina o atender a alguna persona que va a ver a los equinos en el transcurso del día.
“La disciplina del entrenamiento no tiene que ser extenuante ni para el jinete ni para el caballo, pero sí es una cosa de constancia y siempre estar pensando que tienes un objetivo, no montas por montar, hay que buscar buenos caballos, eligiendo, probando muchos”.
Recalca que el secreto de su éxito está en su equipo, en quienes puede delegar. Gente que le ayuda a ensillar caballos, a calentar los equinos e incluso jinetes. Y es que en su rancho hay 60 caballos que desfilan para ir ejercitándose junto con él.
Mariano Pedrero describe que para él es importante también enseñar porque así aprende y por eso también hace videos pues ahí recibe mucha retroalimentación, lo que le permite estar en constante crecimiento.
LA IMPORTANCIA DE COMPETIR
Competir es vital, asegura Pedrero. “Cuando no compito, me estanco”. Gracias a las competencias él puede ver si sus habilidades están al día o si debe mejorarlas.
“Hay muchachos nuevos que tienen mucho ímpetu y vienen con buenas enseñanzas, con buenos maestros, si quieres estar a la par de ellos, necesitas estar refrescando tus técnicas” afirma el campeón.
Y la clave del éxito para Mariano Pedrero es no conformarse con ser el segundo, aunque hay que reconocer el trabajo realizado cuando no se gana, también es importante asumir que se va a ganar.
LOS VÍNCULOS CON LOS EQUINOS
Cuenta Mariano Pedrero que él crea fuertes vínculos con los caballos. Y es que los equinos viven menos que los humanos, “me duele mucho cuando hay pérdidas, los caballos viven menos que nosotros, hay accidentes y el vínculo es muy grande”.
Y tal como con las personas, hay caballos con los que trabajas pero no congenias. Y de la misma manera hay ejemplares con los que trabajas y congenias, entonces todo es armonía. Incluso “hay caballos con los que congenias, pero no puedes trabajar con ellos”, ríe.
Dice Pedrero que él antes quería ser el líder de sus caballos, como un general, pero que ha cambiado, ahora su intención es que el equino sea su equipo, su amigo. “Que seamos parte de una sociedad”.
MOMENTOS SIGNIFICATIVOS
En enero de este año tuvo un accidente, un tráiler los prensó, iba con sus hijos. Tuvieron lesiones leves, a él lo sacaron luego de dos horas y media, afortunadamente no sufrió fracturas. “Solo tenía una pierna con un nervio atrapado” que todavía continúa trabajando para recuperar por completo.
“Y mi pierna izquierda no me obedecía”, relata. Medio podía caminar con la ayuda de un bastón y a los 10 días tenía un evento importante y quiso ir.
“Me amarraban la pierna izquierda al estribo y así competí” recuerda, “me monté nada más un día antes de la competencia”.
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En aquella ocasión compitió tres caballos, quedó segundo, tercero y cuarto lugar. Rememora que lloró como nunca, fue una segunda oportunidad que le dio la vida. Fue en el Guadalajara Reining Classic.
En el futuro Mariano Pedrero desea continuar montando, con el deseo de enseñar a otras personas “planeando que la longevidad de mi vida en los caballos se extienda”.
Poco a poco continuar con gente que entrene él, para seguir en el reining.