¡Con la charrería en la sangre!: Conoce a Armando y Roberta, padre e hija que comparten pasión por los caballos

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En marco del Día del Padre, compartimos la emotiva historia de estos atletas que, además de estar unidos por lazos sanguíneos, también lo están por el gusto al deporte nacional

Historias
/ 16 junio 2024

Si algo enorgullece a Armando Carrillo, es ver a su hija Roberta vivir un punteadero “arriba de un caballo que tú produjiste”, es decir, un caballo que nació en Los Lirios, Coahuila, en la Sierra de Arteaga, su propio rancho.

“Ver ese fierro en la anca del caballo y ver a mi hija montándolo y logrando un buen lugar, un buen desempeño, eso creo que ha sido una de las más grandes satisfacciones”, reconoce el saltillense.

$!Las Morerias, Arteaga, Coahuila.

Con motivo del festejo del Día del Padre, RODEO CAPITAL visitó el Cortijo Las Morerías, ubicado en Santiago, Nuevo León, en donde Armando y Roberta Carrillo, padre e hija, practican la charrería.

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Durante la entrevista, Armando, voltea a ver a Roberta y cambia de parecer, “no, creo que la sonrisa de ella es lo que más me llena”, y ella remata sonriendo.

Por su parte, Roberta Carrillo, a sus 10 años, tiene claro que la lección más valiosa que su padre le ha enseñado tanto en la charrería como en la vida es, “a nunca rendirme, a tener paciencia porque algunas veces he querido dejar de entrenar” y no lo ha hecho, algo digno de reconocer.

$!Una de las mayores satisfacciones de Armando es la de ver a su hija feliz con cada una de las cosas que hace como escaramuza.

Sobre el hecho de que su hija continúe sus pasos en la charrería, Armando admite que, “al principio se sienten nervios de verla montando un animal tan grande, haciendo los ejercicios que hace, trote, galope, puntas y con el peligro que esto implica, algo de miedo y preocupación, pero eso se ve mermado por la felicidad que te da verla que disfruta”.

Además, en la charrería, Roberta lleva a la marcha uno de los principios básicos que es la amistad.

¿CÓMO INICIA ESTA HISTORIA?

Le pregunto al charro saltillense sobre sus inicios en el deporte nacional y relata que, “cuando tenía seis años mi abuelo me regaló un caballo y empecé a buscar una actividad ecuestre y unos tíos practicaban charrería y empecé a ir con ellos, con Gustavo y Leonardo Dávila y empecé a ir a las charreadas y me llamó la atención el coleadero y empecé a entrenar para el coleadero.

Después me tocó ir a un nacional en juveniles, en la ciudad de Toluca, no recuerdo en qué año era, pero iba con la selección juvenil de Saltillo y ya me quedé en la charrería desde entonces”.

$!La conexión que Roberta mantiene con su padre, le ha brindado mucha confianza y valor a la hora de montar.

Y qué es lo que considera necesario para ser charro, “para empezar amar al caballo, yo creo que las personas que se sienten afines a los caballos y principalmente a la tradición mexicana son los que pueden encontrar la charrería muy atractiva. Este deporte aparte de ser cultura, ser arte, es una disciplina que habla mucho de México y de su trayectoria sobre todo en el campo. Entonces estas actividades que se hacen en el campo, vienen del campo”.

Mientras que Roberta, estima conveniente para ser escaramuza, tener “paciencia para el caballo, compromiso y pasión”.

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Dado que padre e hija practican este ejercicio, pregunto qué sugieren para alguien que desee incursionar en él.

La primera sugerencia que hace Carrillo es que aprendan a montar bien, con el objetivo de que disfruten las diferentes actividades, para después encontrar un lugar que les llame la atención y amistades para charrear y ejecutar caladeros o punteaderos, en el caso de las escaramuzas.

$!Armando enseñó a Roberta a montar.

“Se necesita un equipo y realmente tiene que haber mucha conexión entre ellas, tiene que haber amistad, tiene que haber -como dijo Roberta- compromiso, porque al fin y al cabo, si no hay armonía entre ellas, eso se ve desde las gradas”, explica.

Y por su parte, la amazona propone, “que primero empiece a entrenar en un lienzo y luego ya busque un equipo”.

LAS SATISFACCIONES QUE LES HA DADO LA CHARRERÍA

La charrería en tanto deporte nacional no solo les ha reconocimientos, como reseña Armando, a él le ha dejado, “La conexión con el caballo, con los distintos caballos que me ha tocado tener a lo largo de la vida desde que empecé a practicar la charrería y otra cosa orgullo, orgullo por representar a México de esta manera. Y las satisfacciones por las amistades que hecho gracias a este deporte”.

$!Roberta es una escaramuza charra que valora mucho el apoyo de su padre.

A lo que su hija, reitera que el saldo positivo de la charrería para ella también han sido las amistades.

LOS CHARROS QUE ADMIRAN

Quisimos conocer a los charros que admiran y Armando contó que, “A don Lencho Ríos, una persona que su sencillez lo caracterizaba, a pesar del éxito y de toda la trayectoria que él sabía que tenía. Lo admiro mucho a él y a su hijo, el Pichón, eran personas muy trabajadoras y con mucho amor por lo que hacían”.

$!Ambos tienen toda una carrera por delante en el deporte nacional por excelencia, y ambos están para apoyarse entre ellos.

Por su parte, Roberta, dijo que ella admira a sus maestras, Araceli y Lety Treviño.

Finalmente, cerramos cuestionando sobre su tradición para celebrar el día del padre, y Armando Carrillo concluye, “ir a comer en familia, sobre todo con mi papá, el abuelo de Roberta y con su abuelo materno, y de repente unas cartitas que me regala muy padres”.

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