Cabestro de cerda, una herramienta en extinción (parte I)
Hoy en ‘Nuestros Expertos’, David Alonso habla sobre la tecnología que, a medida en la que va ganando terreno, desplaza a los utensilios convencionales imprescindibles en otra época
Siempre he pensado que nací en una época equivocada, desde niño me apasionaban las historias de la gente de campo que contaban mis abuelos, principalmente cuando había caballos.
Asimismo las herramientas que utilizaban para amansar, arrendar, lazar y manejar el ganado y sus remudas, motivo por el que, al encontrar alguna de ellas me gusta saber todo acerca de su origen.
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Ese fue el caso del cabestro de cerda (pelo de caballo), que para ser honesto, solo he visto a personajes estadounidenses utilizarlo, siendo que esta herramienta proviene de nuestros antepasados desde tiempos de la colonización y en nuestros días casi se ha olvidado.
A medida que empecé a investigar, me fui encontrando algunos datos sorprendentes que han provocado que al día de hoy me haya convertido en un fanático de esta herramienta por haber entendido su funcionamiento, aunque de ningún modo me considero un experto del tema, me permito compartir algunos hallazgos:
Entre las cosas asombrosas, aunque no necesariamente verdaderas, encontré un relato que describe que durante una de las guerras de EU, se reclutaron a algunos expertos rastreadores de tribus nativas americanas para guiar pelotones de infantería o seguir huellas de enemigos, invariablemente estos personajes tenían larga cabellera pero al ingresar al ejército les fue cortada, tras este hecho su efectividad se perdió y de acuerdo a un análisis de causas, los resultados estaban directamente relacionados con su pelo, que funcionaba como “antena” de geolocalización.
>> El diámetro y su peso debe estar directamente relacionado con la etapa de entrenamiento del caballo, entre más nuevo, mayor diámetro de bozal y cabestro, mayor peso y más hilos en el trenzado.
>> Si comparamos la durabilidad de un cabestro contra los ronzales sintéticos y los exponemos a los rayos UV del sol, los de cerda prácticamente no sufrirán daño por la recubierta de queratina mientras que los sintéticos se habrán tostado en un período de tiempo corto.
>> La longitud ideal de un cabresto es de 6.5 y 7 metros con todo y pajuela, pueden ser tejidos en 3/8, 1/2 y 5/8 de pulgada y en 4,6 y 8 hilos.
El uso del cabestro está casi extinto en nuestro país, siendo que hasta mediados del siglo pasado era común verlos como herramienta indispensable de los arrendadores, quienes heredaron de los vaqueros mexicanos su uso, perfeccionamiento y manufactura.
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Era todo un ritual la rienda de un caballo al llevarlo de la jáquima al freno, pasando por la doble rienda, sin urgencia y dando los tiempos que el animal ocupaba entre los tres y cinco años de edad.
Pero, hoy por el deseo de hacer las cosas rápidas hemos recurrido a muchas herramientas mecánicas que nos permiten acortar la brecha en la educación y entrenamiento de un caballo sacrificando su bienestar.