Vivian Ruiz, la nobleza de un corazón tricolor y vaquero

MÚZQUIZ.- Dicen por ahí que los ojos son las ventanas del alma y todo aquel que conoce a Vivian Ruiz, puede darse cuenta que lo que hay dentro de ella no es más que amor y nobleza por los animales y la vida vaquera, especialmente por los caballos. Y cuando una pasión es tan palpable, pareciera que la vida y el destino se ponen de acuerdo para que grandes cosas sucedan.

La joven de 18 años es el claro ejemplo de ello. Trabajar arduamente, entrenar y buscar ser mejor cada día, la han llevado a subir escalones que tal vez no tenía contemplados pero que recompensan cada uno de sus esfuerzos. Y justo así fue como se convirtió en Miss Rodeo México, la representante más vaquera del país que porta la bandera tricolor a nivel internacional.

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Pero, ¿quién es Vivian Ruiz Wyatt?

Nacida en Texas, de padres mexicanos, llegó a tierras aztecas cuando apenas tenía 10 años. Si bien, toda su vida se centró en la ganadería y el campo, fue hasta su arribo a Múzquiz, Coahuila, cuando probó las dulces mieles del rodeo.

Su padre Jorge Ruiz Ruiz, quien dedicó muchos años de su vida a la Charrería, comenzó a entrenarla en estas suertes, siendo la Carrera de Barriles y el Amarre de Chiva las favoritas -actualmente Vivian está empezando a entrenar para Lazo en Falso-; al día de hoy, sigue siendo su papá quien entrena con ella.

Sin embargo, Vivian nunca ha tenido dudas de que los caballos son lo suyo; no hay nada que disfrute más que estar en el rancho, con su familia y trabajar en conjunto con ellos. Estudiar desde casa en la Seton Home Study School, una preparatoria acreditada en Estados Unidos, le ha permitido conectar aún más con la vida campirana y dar rienda suelta a todas las metas que quiere cumplir.

El miedo no ha sido un impedimento para vivir nuevas experiencias, pues, nunca ha existido. Conocer a los caballos desde pequeña, le ayudó mucho a tener la confianza suficiente para aprender con ellos, respetarlos y buscar darles una vida digna, sin violencia y llena de amor. “No le tiene miedo a los caballos, a las entrevistas sí”, dice entre risas su madre Lorraine Wyatt, quien forma parte fundamental de esta gran red de apoyo y aprendizaje para su hija.

MISS RODEO MÉXICO, LA REPRESENTANTE TRICOLOR DE LAS JÓVENES VAQUERAS

Hasta el momento, haberse convertido en Miss Rodeo México es uno de los logros más grandes que Vivian considera haber ganado. Representar a México a nivel internacional se traduce en un enorme honor y responsabilidad que asume con mucho gusto y alegría.

Especialmente porque fue un título que llegó a ella cuando no lo buscaba y, tal vez, cuando ni siquiera había volteado a verlo; ¿Vivian en un certamen para ser Miss Rodeo? No es que no se viera ahí, es que simplemente no había pasado por su mente; “cuando veía los certámenes ni siquiera les ponía atención”, confiesa. Lo suyo, lo suyo, estaba “del otro lado”.

No obstante, por algo existe la frase “nunca digas nunca”, porque al día de hoy, Vivian presume del título. Y aquí volvemos, ¿es el destino? ¿Su amor y su pasión por los caballos le sirvió en bandeja de plata la oportunidad de llevar sus deseos a otro espectro? Pareciera que sí.

Todo fue casualidad. Un día como cualquier otro, Lorraine Wyatt, recibió una llamada donde le hacían la invitación a inscribir a Vivian en el Certamen Miss Rodeo como representante de Coahuila. Hacía falta una candidata y pensaron en ella.

Lorraine, aunque estaba nerviosa, también estaba muy emocionada, “¿será que estén de acuerdo Jorge y Vivian?”, pensó. “Yo creí que me iban a decir que no, porque venía un año lleno de competencias y pensé que su papá tomaría esto como distracción de sus entrenamientos, pero no”.

Al contarles sobre la invitación a Jorge y a Vivian, para su sorpresa, ambos aceptaron. La Miss Rodeo México, lo vio como una oportunidad para realizar servicio comunitario que eventualmente le ayudaría en su papeleo para la Universidad de Texas A&M, en donde desea matricularse para lograr una Certificación Equina; su padre, por su parte, aceptó que era una “experiencia que no se presenta siempre en la vida”. Así que, sí, era un hecho. Vivian iba a participar representando a su estado.

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Su discurso, en el que habló sobre las riquezas de la región, las bellezas y los pueblos mágicos de Coahuila, llenó el corazón, no solo de los jueces, sino de todo aquel que vivió el evento en carne propia.

Su impecable declamación enchinó la piel de los asistentes y se convirtió en uno de los momentos más emotivos del día. Esto, aunado a sus resultados en el examen escrito sobre el reglamento de la Federación Mexicana de Rodeo, la entrevista con el jurado, pasarelas con pregunta improvisada y la rutina ecuestre, terminaron brindándole la puntuación ganadora.

“La experiencia de ser Miss Rodeo me ha traído muchas oportunidades. No esperaba ser Miss Rodeo, era algo muy diferente y nuevo y es muy bonito ver el rodeo de los dos lados”, asegura Vivian.

Pero “un gran poder conlleva una gran responsabilidad” y esa es la de fomentar la cultura y hacer que siga creciendo a nivel mundial. Algo que nunca estuvo fuera de sus planes.